Según relatora especializada en matrimonio infantil estas costumbres se deben a la cultura, pero principalmente por el factor de la pobreza
Naciones Unidas.- Durante la jornada de este martes, la abogada camerunesa y relatora especial sobre Matrimonio Infantil del Comité Africano de Expertos sobre los Derechos y Bienestar del Niño, Hermine Kembo, se refirió a las atroces cifras de matrimonio infantil, que dan cuenta que “cada tres segundos se casa a una niña en el mundo”.
Según lo que consignó Agencia EFE, Kembo solicitó urgentemente a la comunidad mundial “abrir los ojos ante lo que pasa y pasar a la acción de una vez por todas”.
En ese sentido, la relatora de la ONU reveló una impactante cifra tras señalar que 640 millones de las mujeres vivas en el planeta vivieron la experiencia del matrimonio infantil. Ante esa información, señaló que “se han dejado sus derechos y sus vidas por el camino. Y detrás de esas atrocidades impunes hay argumentos como la tradición o la cultura, pero, sobre todo, lo que hay es pobreza“.
Frente a estos hechos, la abogada camerunesa acusó la falta de compromiso no solo de los gobiernos, sino que también de los sectores privados, reclamando que estos últimos están instalados en países en vías de desarrollo, justamente en sitios donde más se produce la deplorable practica del matrimonio infantil.
“Deberían tener política de tolerancia cero sobre emplear a hombres que estén en matrimonios con niñas o lo hayan estado. Porque esa es una medida que tendría mucho efecto”.
Durante una conferencia que se desarrolló en Barcelona en contra del matrimonio infantil y promoviendo la protección de las niñas- en la que participó la relatora de la ONU, Hermine Kembo- algunas víctimas sobrevivientes entregaron su testimonio.
Una de ella fue Nada Al Ahdal, proveniente del país Yemen, quién detalló que a sus 11 años logró escapar de un matrimonio que habían arreglado sus padres. Su fuga se hizo posible luego de denunciar este hecho a través de redes sociales, y también gracias a la ayuda de su tío, quien la ayudó a escapar de la casa.
Actualmente, Al Ahdal vive en Londres y se transformó en una activista contra el matrimonio infantil, subrayando constantemente la urgencia de la educación obligatoria para los niños, señalando que es el instrumento más útil para que otras niñas no vuelvan a vivir esta experiencia.