Frontera, Coah.- La falta de valores morales, la desesperación por falta de recursos y sobre todo del temor de Dios, ha ocasionado situaciones tan graves como el que los padres atenten contra sus propios hijos; lo cual era algo inimaginable en esta región.

Ante esto, José López Sandoval, párroco de la iglesia Sagrado Corazón, expresó una gran preocupación luego de que un padre de familia que era perseguido por elementos policiacos, tras ser señalado por presunto robo, corrió junto a su esposa y su hijo de tres meses a quien llevaba en brazos, pero en medio de la persecución la mujer fue detenida y, según el reporte, el hombre dejó al bebé en un terreno baldío antes de continuar su huida.

“Lo que pasa es que esto que acabamos de presenciar es un reflejo de muchos acontecimientos que nos llevan a descubrir que hemos perdido el respeto a la vida, la sensibilidad y los valores universales, estamos ahorita en una sociedad vacía, sin Dios, que perdió el rumbo y la esperanza y esto es muy preocupante”, señaló.

Comentó que la situación no debe entenderse como un caso aislado, sino como una señal de problemas sociales, pues nada justifica atentar contra un niño y aquí lo único que nos queda es cuidar lo que nos corresponde y construir una sociedad donde impere el respeto y el valor por la vida.

Finalmente, resaltó que este caso debe ser un llamado urgente para la comunidad para recuperar los principios fundamentales, podremos evitar que sucesos como éste se repitan.

Pide restablecer el tejido social

El párroco hizo un llamado a autoridades, iglesias y diferentes sectores sociales, a trabajar en conjunto para restablecer el tejido social, pues destacó que es necesario reconstruir el corazón, la vida, el respeto mutuo, el valor del amor y una sociedad más justa donde se proteja a los más indefensos que son los niños, los ancianos, los pobres, los vulnerables.

Aún cuando destacó que no puede emitir un juicio directo sobre el padre implicado en este tema, el sacerdote consideró necesario que el hombre reflexione sobre sus actos, pues destacó, “yo no le puedo decir abiertamente algo, ni puedo juzgarlo, pues no puedo entrar a su corazón si no lo conozco, pero sí lo invito a revisar su conciencia y reconocer la importancia de su vida y el temor de Dios”.