Don José Costilla Camero, a quien la diabetes le arrebató ambas piernas, recorre las calles de Frontera bajo el incandescente sol en su silla de ruedas
Frontera, Coah.- Don José Costilla Camero, a quien la diabetes le arrebató ambas piernas, recorre las calles de Frontera bajo el incandescente sol en su silla de ruedas, esperando que buenos samaritanos le brinden una moneda para apenas subsistir.
El adulto mayor de 70 años, es oriundo de Castaños, pero actualmente vive en la colonia Bellavista, en la Ciudad del Riel, en una casa que le ofreció un medio hermano que migró para Sonora.
Día con día, don José acude a un conocido centro comercial y a una frutería, donde espera que la caridad de los extraños le permita tener algo de comida en su mesa.
“Perdí las piernas en una misma operación, por retención de líquidos”, relató, en entrevista.
“Se me acumuló el líquido, se me empezaron a hinchar los pies, le hice la lucha y no… tuvieron que amputarlas, hace cinco años fueron las amputaciones”, agregó.
“Sí tengo familia, pero vivo solo, porque me rechazaron y pues no… ya no me quisieron”,
añade, sin ahondar más en el tema, sobre la razón por la que los suyos no se ocupan de su bienestar.