El Centro LIBRE fue inaugurado como parte de una estrategia de blindaje emocional y jurídico para las mujeres.
Frontera, Coah.- “Me golpea como mujer porque es increíble que a estas alturas, con todas las instancias que existen, todavía existan mujeres que no tengan la fortaleza de acercarse a tiempo a alguien profesional y pedir auxilio”, expresó la coordinadora del recién inaugurado Centro LIBRE de Frontera, Claudia Zerr, visiblemente afectada por la noticia del feminicidio de Daniela Maldonado.
Este sensible caso ocurrido este jueves en el Fraccionamiento Las Palmas, no sólo ha generado consternación e indignación social, ha sacudido también las entrañas de quienes todos los días lidian con la violencia desde las instituciones gubernamentales, tratando de prevenir lo que esta vez no se logró.
El Centro LIBRE fue inaugurado recientemente en Ciudad Frontera dentro de las instalaciones del DIF Municipal en la colonia Borja como parte de una estrategia de blindaje emocional y jurídico para las mujeres, ofrece atención psicológica, legal y acompañamiento personal a mujeres que atraviesan situaciones de riesgo, pero el mayor obstáculo, admite Zerr, es la resistencia social y emocional a pedir ayuda.
“Muchas tienen miedo de abrirse, de que las juzguen, de que alguien les diga que exageran, de que su agresor las descubra, entonces lo toleran y el silencio se vuelve su condena; se necesita que las mujeres den ese paso valiente de pedir ayuda, cerradas a hacerlo no podemos hacer nada, hay que estirar la mano, si no alzamos la voz nadie puede ayudarnos”, explicó.
Zerr, advierte que la violencia no comienza con los golpes: “A veces comienza con la ‘Ley del Hielo’, me deja de hablar, me ignora, se desaparece, vuelve ebrio o drogado, no cumple la manutención, explota y luego pide perdón, y ellas creen que él cambiará pero no es así, nunca va para atrás la violencia siempre va en aumento: de la indiferencia al grito, del grito al empujón, del empujón al cuchillo”, ilustró.
“Callamos por amor, por vergüenza o por costumbre, pero esas pequeñas violencias crecen y cuando las mujeres no tienen las herramientas emocionales, se sienten incapaces de salir de esos ciclos de violencia”, indicó.
Zerr, con décadas de experiencia en temas de salud mental, intervención de crisis y sistemas familiares, no suaviza el diagnóstico: “la mayoría de mujeres llegan tarde, cuando ya hay golpes, cuando ya hay amenazas serias, cuando sienten que no pueden más”, acotó.