Protagonizan con éxito el primer espectáculo de medio tiempo de la final disputada en Nueva Jersey
Saltillo, Coah.- La final del Mundial de Clubes 2025, realizada ayer, no sólo fue una batalla deportiva entre el Chelsea y el PSG, también se convirtió en una fiesta musical sin precedentes gracias al primer show de medio tiempo en la historia del torneo. El espectáculo arrancó con una poderosa dupla: Laura Pausini y Robbie Williams, quienes debutaron en vivo el himno oficial de la FIFA, Desire, ante miles de fanáticos en el MetLife Stadium de Nueva Jersey.
La presentación fue emotiva y cargada de simbolismo. Para Pausini, significó un logro más en su carrera al celebrar 30 años de trayectoria con una actuación global. Vestida de gala y con toda la elegancia italiana, se ganó no sólo al público en el estadio, sino a miles de seguidores en redes sociales, quienes elogiaron su interpretación como “espectacular”, “hermosa” y “maravillosa”.
Por su parte, Williams, también autor de la canción, se estrena como Embajador Musical Oficial de la FIFA, marcando el inicio de una colaboración que sonará en los torneos más importantes del fútbol mundial.
Estrellas… y sorpresas
La emoción del partido dio paso a un show de medio tiempo de 15 minutos que combinó música, diversidad y tecnología. Por primera vez, el escenario fue instalado entre las gradas, evitando el césped recién plantado y facilitando la producción.
J Balvin encendió los ánimos con Mi Gente y Reggaetón, mientras que la nigeriana Tems hipnotizó con su dulce interpretación de Love Me JeJe. El ritmo cambió cuando Doja Cat subió con su potente Woman y una energía imparable que hizo vibrar a los presentes.
Sin previo aviso, Coldplay apareció en escena y sorprendió a todos al interpretar A Sky Full of Stars junto al cantante australiano Emmanuel Kelly, quien hizo historia como el primer artista con discapacidad en formar parte de un espectáculo de esta magnitud.
Música, inclusión y conciencia global
Este espectáculo no sólo fue entretenimiento: también llevó un mensaje de inclusión y compromiso social. Doja Cat destacó en entrevistas previas su entusiasmo por apoyar el Fondo de Educación Global Citizen de la FIFA, mientras que Emmanuel Kelly, quien nació con malformaciones por exposición química en Irak, habló del poder de la visibilidad: “Esto no es solo un logro personal, es esperanza para cualquier niño al que le hayan dicho ‘no’ por ser
diferente”.
La fusión de talentos globales, causas sociales y el espectáculo en sí posicionaron a esta final como un hito no sólo deportivo, sino cultural.
Vibrante final
Debut soñado: la actuación de Emmanuel Kelly fue uno de los momentos más emocionantes de la noche. Acompañado por Coldplay, el joven artista demostró que el arte no conoce límites. Su participación rompió barreras en un escenario donde el talento brilló por encima de todo.
Reacciona la gente: como era de esperarse, el show fue tema de conversación en redes sociales. Mientras unos fans celebraban cada nota de Coldplay y cada paso de baile de Doja Cat, otros bromeaban sobre perder apuestas o incluso sobre la inesperada presencia de Donald Trump entre el público.
Arrasa Laura: Si alguien se robó los corazones del público online fue Laura Pausini, quien acumuló elogios como:“¡Diosa total!”, “Qué belleza de voz y presencia” y “La rompieron con Laura y un tal Robbie Williams”.
Un cierre con todo: La final del Mundial de Clubes 2025 dejó claro que el futbol y la música forman una dupla imbatible. Entre goles, luces y letras, el evento fue mucho más que un partido: fue una celebración global de talento, diversidad y emoción.
Y aunque Chelsea y PSG se disputaron el título en la cancha, sobre el escenario ganaron todos.