El actor es conocido por interpretar papeles en donde su físico se pone en juego, lo que ha derivado en diversas lesiones que aún le cobran factura
Es bien sabido que hay muchos actores y actrices que llevan su estado físico al límite para interpretar a personajes de la pantalla grande y uno de ellos es el icóncio Tom Hardy, quien con 47 años es reconocido por su capacidad para transformar su cuerpo y mente para darle vida a cada uno de sus roles.
Desde el infame prisionero Charles Bronson hasta el villano Bane en The Dark Knight Rises, sus transformaciones físicas han sido notorias. Sin embargo, en una reciente entrevista, Hardy reveló el alto costo que estas transformaciones han tenido en su salud y bienestar.
A pesar de estos desafíos, Hardy continúa participando en roles físicamente exigentes; recientemente, protagonizó la serie de crimen MobLand junto a Pierce Brosnan y Helen Mirren, y la película de acción Havoc estrenada en Netflix, pero a pesar de ello se encuentra consciente de que su cuerpo ya no responde de la misma manera que antes y que las lesiones no mejorarán con el tiempo.
Para interpretar a Charles Bronson en Bronson (2008), Hardy ganó 19 kilos de masa muscular en un corto periodo de tiempo. Este aumento de peso, combinado con un entrenamiento intenso, le causó problemas en las articulaciones y tensiones musculares, por lo que este proceso no solo fue físicamente desafiante, sino que también le afectó mentalmente debido a la naturaleza del personaje.
En Warrior (2011), Hardy interpretó a un luchador de MMA, el entrenamiento riguroso y las exigencias físicas del papel le provocaron lesiones en el cuello, las rodillas y la espalda. Estas lesiones fueron resultado de las intensas sesiones de entrenamiento y las exigencias físicas del deporte representado en la película.
Finalmente, su papel como Bane en The Dark Knight Rises (2012) requirió que Hardy adquiriera una masa muscular significativa para dar vida al personaje. Este proceso implicó un entrenamiento físico extremo y una dieta rigurosa, pero el uso de un traje pesado y las exigencias del personaje le causaron presión en la espalda y otras molestias físicas.
A lo largo de los años, Hardy ha sufrido varias lesiones y problemas de salud relacionados con sus transformaciones físicas; en una entrevista con People, reveló que pasó por dos cirugías de rodilla, una hernia discal en la espalda, ciática, fascitis plantar y un desgarro en el tendón de la cadera.
Es como si todo mi cuerpo se estuviera cayendo a pedazos ahora, y no va a mejorar, dijo el actor.
Estas afecciones son el resultado directo de los años de entrenamiento intenso y las exigencias físicas de sus papeles en películas de acción. A pesar de las dificultades, Hardy busca formas de mantenerse activo y cuidar su salud, pues es un practicante de jiu-jitsu brasileño y ganando medallas en competiciones, incluyendo el Campeonato Abierto de Jiu-Jitsu de Milton Keynes en 2022.
Además, es embajador de la Fundación REORG, una organización benéfica que enseña jiu-jitsu a personal militar actual y veterano para ayudar en su recuperación física y mental.
En cuanto a su salud, Hardy también explora tratamientos alternativos como la terapia con células madre y remedios homeopáticos para abordar sus problemas físicos. También reconoce que el estrés y las demandas de su carrera afectan su bienestar general, mencionando episodios de mareos y agotamiento durante entrevistas promocionales.