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'Me gustaría interpretar un personaje homosexual': Joaquín Cosío

El actor ofreció la master class ‘Actuar o Morir’, en el marco de los Premios Ariel en Puerto Vallarta, Jalisco.

El actor ofreció la master class ‘Actuar o Morir’, en el marco de los Premios Ariel en Puerto Vallarta, Jalisco.
Excelsior
ZOCALO | MONCLOVA
09-20-2025
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“Decías que no eres galán, pero ¡para mí eres mi Brad Pitt nacional!”, dijo una mujer en directo y al micrófono hacia el actor mexicano Joaquín Cosío, quien se sonrojó con tal comentario durante la master class Actuar o morir que ofreció en el Centro Universitario de la Costa (Cucosta), de la Universidad de Guadalajara, en el marco de la 67 Edición de los Premios Ariel.

“¿En cuáles mariscos nos vamos a ver?”, correspondió Cosío ante tales flores frente a un auditorio abarrotado, donde compartió su experiencia como actor, sus anécdotas cinematográficas y alguna que otra recomendación a la comunidad académica y artística, que lo cuestionó durante largo rato.

“¿Qué les recomiendas a los jóvenes que tienen su primera película y de repente queda guardada?”, le preguntó el actor Edgar Treviño, protagonista del filme Temporada de huracanes (2023), de entre las butacas.

“El primer consejo es que estudien computación, sistemas digitales, esas cosas de ahora. Eso es un consejo muy sano. Si no, pueden estar en un conflicto, porque la vida el actor, como tal, no es sencilla para nada. Nos olvidamos de la fama, de hacernos ricos rápido. No hay forma.

“Pero si lo que tienen es pasión, es lo fundamental. Si ya probaron esa sensación de estar rodando, ya mordieron la manzana del árbol prohibido, porque quien pisa un escenario, quien pisa un set, necesariamente va a querer repetir la experiencia. Entonces, háganlo en la medida de lo posible, hagan lo necesario. Lo harán. Quien está inoculado por ese veneno espléndido, lo van a buscar y van a superar seguramente los obstáculos, que son muchos.

“Por eso, no exagero. Si puedes, si estás a tiempo, estudia algo que tus papás siempre te van a exigir. Si tú les dices que quieres ser actor te van a decir: ‘sí, hijo, sí, pero ya mañana te vas a inscribir a la universidad a estudiar computación’. Entonces, la vocación se tendrá que imponer necesariamente. Síganla, obedezcan a su instinto. Es lo único que a lo mejor funciona.

“El instinto, ese pequeño olor que nos llama y nos jala a un lugar, aunque todos digan lo contrario, que todos te digan que ese camino no es el correcto, la vocación tendrá que imponerse. Y háganle caso a sabiendas de que fácil no va a ser. No podría decir otra cosa”, compartió el nacido en Tepic, Nayarit, reconocido por personajes como El Mascarita en la película Matando Cabos, El Cochiloco en El infierno y recientemente el Capitán Bedoya en la serie Las muertas.

Para el actor y también poeta, el arte es una aspiración y así lo explicó.

“No soy de ninguna manera un maestro en escritura, pero escribo. Alguna vez me di cuenta de que ese momento en el que construyes un poema, en el que entras en un universo muy muy personal, donde te cierras al mundo y empiezas a descubrir imágenes, pensé: ¿y por qué yo no actuando puedo llegar a esos estados? O sea, ¿por qué la actuación no puede también convertirse en un acto poético?

“Esto es nuevo, a nadie se lo ha dicho, ¿por qué no actuar debe de tener esa aspiración igual? Esa aspiración de convertirla en un hecho poético, independientemente de que tu personaje sea lo que sea. Y eso es una aspiración. No digo que lo consigo.

“He visto películas donde me asombré y dije ‘wow, bien, esa escena me gustó’. Otras donde evidentemente quieres desaparecer, pero tienes que aspirar. El arte es una aspiración, por eso se produce y se produce, porque se busca eso”, detalló el ganador del Premio Ariel en 2011 a Mejor coactuación masculina por su trabajo en El infierno.

Acerca de las producciones hollywoodenses en las que ha estado, como Quantum of Solace (007 Quantum), de 2008, precisó que para él no existen personajes grandes o pequeños.

Cosío destacó que para él no hay diferencia en ser parte de un corto o un largometraje.

“La exigencia es la misma. No por ser un papel pequeño, tienes tú que actuar con menor energía, de ninguna forma. Yo le tengo respeto a mi trabajo como actor en ese sentido.

“Creo que puedes estar en un James Bond o estar haciendo El Mascarita. La diferencia es que los caterings del James Bond son maravillosos. Y los de acá pues son arrocito con frijoles y una pechuga, pero igualmente buenos”, dijo.

 

NUNCA ES TARDE PARA INICIAR

 

Una joven bailarina de ballet folklórico, de 29 años de edad y 21 de bailar, preguntó al actor de 62 años cuándo le llegó su primer sí en la actuación, pues ella, aspirante a incursionar en este ámbito, sentía que estaba tarde para ello.

Nunca es tarde. Yo empecé grande, a los 30 y tantos. Tenía 40 años cuando hice mi primera película. La casualidad o por lo que quieras, me llevó a hacerlo. Yo estaba en la Ciudad de México, iba a una agencia de casting para comerciales o cositas así. Me dijeron ‘¿quieres venir a castear?’. Cuando terminé, uno de quienes hacían casting ahí, los que manejaban la cámara, me ve y me dice: ‘oye, espérate, mira…’. Y me dio el papel, El Mascarita famoso, me lo dio así. Me dijo ‘toma, léelo’.

“Me voy a mi casa y me hablan y me dicen ‘tienes el callback’, o sea, la segunda llamada para ver si te puedes quedar. Un amigo me dijo ‘no te emociones, están llamando también a Jesús Ochoa’, otro actor muy talentoso. Me puse a hacer ahí mis poses de luchador, lo que yo sabía hacer y me quedé en esa película. Todo vino de una casualidad. La suerte es muy importante y saber esperar. Si en este momento sientes que te jala la actuación, búscala”, acotó y pidió que no lo aplaudieran: “voy a pensar que digo cosas interesantes”. Así que los aplausos siguieron tras cada respuesta.

 

EXPLORAR LOS CONTRASTES

 

Ante el cuestionamiento de lo que le falta aún hacer en cuanto a personajes e historias, Joaquín Cosío reveló que le interesan los que son vulnerables.

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