La actriz mencionó que desde pequeña ha tenido experiencias paranormales.
Ciudad de México.— Ivonne Montero y Fabio Melanitto compartieron una etapa de su vida que incluyó romance, matrimonio y el nacimiento de su hija Antonella. Sin embargo, la relación también estuvo marcada por la ausencia del cantante en la vida de la pequeña.
Fue en agosto de 2018 cuando Fabio Melanitto, exintegrante del grupo UFF, fue asesinado. El artista recibió tres disparos en la cabeza y dos en la espalda, un hecho que conmocionó a sus fans y al espectáculo en México.
Recientemente en una entrevista, Ivonne Montero relató cómo, una semana antes de que el padre de su hija fuera asesinado, Antonella le hizo una pregunta que la dejó sin palabras.
“Una semana antes me preguntó: ‘mamá, ¿mi papá está muerto?’ Me dijo: ‘mi papá está muerto’ y fue muy extraño porque cuando sucede esto, yo estaba llorando y me preguntó Antonella, ¿qué tienes?, ella siempre ha sido muy madura desde chiquita”, compartió la actriz.
Montero explicó que, tras esa pregunta y que Fabio Melanitto muriera, llegó el momento de decirle a su hija que su padre ya no estaba con ellos.
“Le dije, ¿te acuerdas de tu papi?, pues ahora está con papá Dios. Se me quedó viendo, sus ojos se llenaron de lágrimas y a los dos días ella bajó a hablar con él en un altar que le pusimos en la casa”, recordó.
Ivonne Montero vio a Fabio Melanitto después de morir
En la misma entrevista, Ivonne contó un momento que vivió después de la muerte del cantante y que tuvo una experiencia paranormal con él.
“En algún momento vi al papá de Antonella, a los días que falleció. Me desprendí de mi cuerpo, que eso me ha pasado como cuatro veces en la vida, atravesé la puerta de mi cuarto me lo topé de frente, él estaba llorando, me dijo que estaba triste y no entendía lo que está pasando. Tenía días de haber fallecido, murió trágicamente: ‘no sé qué está pasando, pero estoy muy triste’, me dijo”, narró.
La actriz mencionó que desde pequeña ha tenido experiencias paranormales. Ha sentido presencias, escuchado voces e incluso visto objetos moverse.
“Varias veces llegué a ver a un viejito en una mecedora con sombrero, narizón. Cuando me empezó a suceder esto fue en el año 2000, se empezaron a disparar las cosas, las veladoras salieron volando, empecé a escuchar voces, ahí fue donde empecé a tener sueños con ese ser. Empece a meditar, a leer sobre ángeles, eso apaciguó un tiempo, pero nunca dejó de existir”, relató.
Otro de los temas que abordó Ivonne en la charla fue la salud de su hija, quien desde su nacimiento ha enfrentado una cardiopatía congénita. Antonella, hoy con 11 años, ha tenido que superar varias pruebas relacionadas con su corazón. Montero confesó que este diagnóstico le generó sentimientos encontrados.
“Saber que ella venía con esa anomalía, de pronto me sentí culpable porque yo sufrí mucho en mi embarazo, quizá mi sufrimiento ella lo recibió en su corazoncito”, dijo.