Aunque las escenas de aquel episodio reflejaban alegría y diversión, esto estaba alejado de la realidad ya que el elenco enfrentaba una fuerte tensión en medio del romance entre Gómez Bolaños y Florinda Meza
“Chespirito: sin querer queriendo” goza de un rotundo éxito debido a que ha mostrado el lado oscuro de los personajes que marcaron generaciones con risas y diversión. Y es que no había nada más lejos de la realidad, pues tras años de compartir escena el elenco enfrentó diferencias que se intensificaron debido al romance que comenzó Roberto Gómez Bolaños con Florinda Meza cuando aún estaba casado y el capítulo de "El Chavo del 8" en Acapulco es clave en este quiebre.
La bioserie de Roberto Gómez Bolaños ha confirmado lo que por años se mantuvo como un temeroso secreto a voces: la infidelidad del productor con Florinda Meza. Esto desató una ola de críticas en redes sociales contra la actriz y en suma han salido a flote declaraciones del pasado que realizó el elenco con las que se corrobora que habría sido este romance lo que marcaría el inicio del fin para “El Chavo del 8” incrementando la ya fuerte tensión entre los actores.
Las grabaciones de “El Chavo del 8” en Acapulco marcan un punto importante en la trama de la bioserie, esto debido a que sería durante este tiempo cuando incrementaron los conflictos entre el elenco. Aunque para los fanáticos este episodio es uno de los más emblemáticos de la serie original debido a que fue una oportunidad para ver a los personajes fuera de la vecindad y por la felicidad, diversión y armonía que reflejaba, la realidad es que detrás de cámaras se vivía un auténtico drama.
De acuerdo con lo revelado en las bioserie, durante el tiempo de grabaciones en Acapulco incrementaron los conflictos entre el elenco, entre otras cosas, por la intervención de Florinda Meza en el proyecto y debido a que habría intentado tener control sobre el resto del elenco motivada por su romance con Roberto Gómez Bolaños. Además, el viaje fortaleció la unión clandestina que existía entre la actriz y el productor, por lo que ella lanzó un ultimátum obligándolo a elegir entre ella y su esposa, Graciela Fernández.
“Chespirito: sin querer queriendo” también muestra el hartazgo de Carlos Villagrán -que en la ficción es Marcos Barragán debido a cuestiones legales- ante los supuestos celos de Roberto Gómez Bolaños debido al incremento en la popularidad de su personaje de Quico. En la serie se observa al actor proponerle a Ramón Valdés abandonar “El Chavo del 8” para comenzar su propio programa.
Esto ocurrió en 1978, cuando Villagrán dejó el proyecto para comenzar su propio espectáculo; sin embargo, esto también inició un fuerte pleito legal con Gómez Bolaños por el uso del nombre de Quico, lo que llevó al actor a hacer cambios para poder continuar con su carrera con su icónico personaje quedando éste como Kiko.