El príncipe Andrés impone una polémica condición para dejar Royal Lodge.
La Familia Real británica sigue en el ojo del huracán, esta vez por una petición que pocos esperaban. El príncipe Andrés, hermano menor del rey Carlos III, ha aceptado abandonar Royal Lodge, pero no sin antes imponer una condición.
La condición que ha generado revuelo en Buckingham es que solo se irá si recibe a cambio dos propiedades dentro del mismo recinto real, entre ellas, la antigua casa de los duques de Sussex, Harry y Meghan Markle.
Según informó el diario The Sun, Andrés solicitó mudarse a Frogmore Cottage, la residencia que Harry y Meghan ocuparon hasta su partida a California, y que quedó vacía desde 2023.
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Además, su exesposa Sarah Ferguson, con quien ha convivido a pesar de su divorcio desde hace más de 20 años, habría pedido instalarse en Adelaide Cottage, hogar que recientemente dejaron el príncipe William y Kate Middleton.
Esta inesperada exigencia llega tras semanas de negociaciones entre Andrés y los funcionarios de Palacio, quienes buscan que el príncipe desaloje Royal Lodge, una propiedad que ha habitado desde 2003.
Su salida se da en medio de una etapa complicada: tras su renuncia voluntaria a todos sus títulos y honores reales para evitar que su relación con el magnate Jeffrey Epstein siga afectando la imagen de la monarquía, Andrés ha pasado a ocupar una posición marginal dentro de la familia Windsor.
Royal Lodge, situada dentro del Gran Parque de Windsor, no es una casa cualquiera. Con sus amplios jardines, sus majestuosos salones y un valor estimado de 30 millones de libras, ha sido por años símbolo de estatus y tradición.
Andrés firmó un contrato de arrendamiento de 75 años en 2003, pagando cerca de un millón de libras por el derecho de uso, además de otros 7.5 millones para renovaciones.
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Sin embargo, informes recientes aseguran que no ha cumplido con el mantenimiento de la residencia, y que ni siquiera paga un alquiler anual, pese a lo estipulado en el acuerdo.
El deterioro del inmueble y la presión pública por sus escándalos habrían convencido al rey Carlos III de que es momento de tomar una decisión definitiva.
El monarca quiere proteger la institución y cerrar este doloroso capítulo”, reveló una fuente cercana a The Guardian.
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La caída del duque de York —como solía conocérsele antes de renunciar a su título— ha sido uno de los episodios más difíciles para la Casa Real. A raíz del caso Epstein, Andrés fue apartado de la vida pública y privado de sus funciones reales.
Pese a ello, el príncipe ha insistido en conservar cierta dignidad dentro del entorno familiar, motivo por el cual se resiste a abandonar Windsor.
En ese contexto, su propuesta de mudarse a Frogmore Cottage parece un intento por mantenerse cerca de sus hijas, las princesas Beatriz y Eugenia, quienes viven con sus respectivas familias en la misma zona.
No busca más lujo, sino conservar una mínima estabilidad y cercanía con las suyas”, afirmó un allegado a la pareja.
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Sarah Ferguson, por su parte, vería con buenos ojos la idea de mudarse a Adelaide Cottage, una propiedad de encanto clásico y tamaño más reducido. Según fuentes del Palacio, Fergie habría solicitado oficialmente ocupar la residencia una vez que los príncipes de Gales se trasladen a Forest Lodge, su nuevo hogar.
A pesar de su resistencia, todo apunta a que el príncipe Andrés tendrá que ceder. La presión de Buckingham es clara: el Palacio no tolerará más privilegios para un miembro caído. Mientras tanto, la prensa británica sigue cada movimiento del ex duque con atención.
