La artista consolida su imperio musical y empresarial con giras récord y negocios exitosos.
Beyoncé vuelve a hacer historia, esta vez fuera del escenario. A sus 44 años, la cantante estadounidense ha ingresado oficialmente al exclusivo club de los multimillonarios, consolidándose como una de las figuras más influyentes y poderosas de la industria del entretenimiento a nivel mundial.
De acuerdo con la más reciente lista publicada por Forbes, la intérprete de Crazy in Love se convirtió en la quinta artista musical en alcanzar un patrimonio superior a los mil millones de dólares, uniéndose a un selecto grupo integrado por Jay-Z, Taylor Swift, Rihanna y Bruce Springsteen.
Según Forbes, solo en 2025 Beyoncé obtuvo aproximadamente 148 millones de dólares antes de impuestos, combinando ganancias de giras, su catálogo musical y acuerdos publicitarios, como su colaboración con Levi’s, valuada en unos 10 millones de dólares. Esta cifra la posiciona como la tercera artista mejor pagada del mundo este año, solo por detrás de The Weeknd y Taylor Swift.
El hito llega tras un año especialmente fructífero para Queen Bey. Su gira Cowboy Carter, basada en el álbum homónimo inspirado en la música country que lanzó en 2024, se transformó en un fenómeno sin precedentes. Con 32 fechas, 1.6 millones de boletos vendidos y una recaudación de 407.6 millones de dólares en entradas, el tour se convirtió en la gira de música country más exitosa de la historia, según Billboard Boxscore. A esto se suman cerca de 50 millones de dólares adicionales por concepto de mercancía vendida en los conciertos.
Pero el impacto de Cowboy Carter no se limitó a los escenarios. El proyecto le abrió la puerta a una actuación especial en el medio tiempo de la NFL durante Navidad, transmitida por Netflix, que le generó alrededor de 50 millones de dólares, incluyendo ingresos y producción. Esta presentación no solo reafirmó su estatus como superestrella global, sino que también demostró su capacidad para cruzar géneros y audiencias con naturalidad.
Antes de este éxito country, Beyoncé ya había hecho historia con el Renaissance World Tour en 2023, una gira centrada en el R&B y la música dance que recaudó 579.8 millones de dólares. Para cualquier otro artista, ese logro habría representado el punto más alto de su carrera. Sin embargo, para Beyoncé fue solo un escalón más en una trayectoria marcada por la reinvención constante y una visión empresarial clara.
Gran parte de su fortuna proviene de una decisión clave tomada en 2010: fundar Parkwood Entertainment. Este sello le permitió asumir el control creativo y financiero de su carrera, producir su música, giras y documentales, y captar una mayor parte de las ganancias finales. Desde entonces, Beyoncé no solo es una artista, sino una empresaria que gestiona su propio imperio.
A la música se suman sus negocios paralelos. En los últimos años lanzó Cécred, su marca de cuidado del cabello, que se convirtió en el lanzamiento de prestigio más exitoso en la historia de Ulta Beauty. También incursionó en el mundo de las bebidas espirituosas con SirDavis, su marca de whisky, y durante varios años mantuvo la firma de moda Ivy Park. Aunque no todos los proyectos siguen activos, han contribuido a diversificar y fortalecer su patrimonio.
Además, junto a su esposo Jay-Z, la cantante posee un impresionante portafolio inmobiliario que incluye una mansión de 200 millones de dólares en Malibú, residencias en Bel Air y un penthouse en Nueva York, entre otras propiedades de lujo.
Más allá de las cifras, el ingreso de Beyoncé al club de los multimillonarios simboliza algo más profundo: el triunfo de una artista que apostó por su independencia, defendió su visión y convirtió su talento en un legado cultural y empresarial. Hoy, Queen Bey no solo reina en la música, también en los negocios.
