La medicina holística es un movimiento que está tomando mucha fuerza en la actualidad, siendo impulsada por grandes figuras del espectáculo, quienes cada vez optan más por acercarse a la espiritualidad en lugar de seguir con las enseñanzas tradicionales del medio. Un ejemplo de ello es Bárbara Mori, la célebre actriz uruguaya-mexicana que alcanzó fama mundial con su icónico papel en la telenovela "Rubí".

Y es que más allá de su talento como actriz, Mori decidió alejarse un poco de las alfombras rojas y los sets de grabación para emprender un viaje espiritual que, según sus palabras, transformó por completo su forma de ver el mundo. Durante una reveladora entrevista para el podcast "Crear Transforma", Bárbara relató cómo descubrió casi por azar un don sanador que se manifiesta a través de sus manos.

Según expertas, la sanación energética es una práctica ancestral presente en diversas culturas a lo largo de la historia, desde la medicina tradicional china hasta el reiki japonés, la santería africana y las terapias indígenas americanas. Se basa en la idea de que el cuerpo humano posee un campo energético que, al desequilibrarse, puede causar enfermedades físicas, emocionales o espirituales.

Este despertar espiritual habría comenzado durante un taller de sanación al que asistía junto a su madre y Sandra (su pareja), cuando el maestro encargado de guiarlos le dijo directamente que "tenía el don de sanar con mis manos" y la prueba de ésto llegaría unos momentos después cuando su mamá comenzó a padecer un fuerte dolor de cabeza y un persistente zumbido en el oído que no cedía con medicamentos convencionales.

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Agotando todas las posibilidades médicas, Sandra entró en desesperación al ver a su pareja con estos graves dolores y se dirigió a Mori para pedir auxilio: "Sánala, tú que eres sanadora", le dijo a la actriz. Bárbara, aunque bastante escéptica, accedió a intentarlo; se sentó junto a su madre, cerró los ojos y canalizó su energía intuitivamente, sin ningún estudio previo en terapias energéticas.

Para su asombro, después de cinco minutos trabajando con la energía de su mamá, el dolor y el zumbido desaparecieron por completo. Su madre se levantó, exclamando: "¡Ya no tengo zumbido, ya no me duele la cabeza! ¿Qué hiciste?". En ese instante, Mori sintió que tenía un propósito nuevo y entre lágrimas confesó:

Dios mío, si este es mi camino, lo recibo con todo el amor y la humildad del mundo, dijo Bárbara Mori.

Hoy, Bárbara Mori alterna su labor como actriz con su faceta de facilitadora espiritual. Ofrece talleres, participa en podcasts, y lanza música y meditaciones diseñadas para acompañar a sus seguidores en un crecimiento integral. Si bien Bárbara no ha anunciado un retiro definitivo de la actuación, su actual enfoque sugiere una compatibilidad armoniosa entre su carrera artística y su vocación espiritual

¿Qué es la sanación espiritual?

La sanación espiritual es un proceso terapéutico que busca restablecer el equilibrio y la armonía del ser humano a nivel profundo, más allá del cuerpo físico, abarcando el alma, la mente y el espíritu. Se basa en la creencia de que muchas enfermedades o malestares tienen raíces emocionales, energéticas o espirituales, y que al sanar estos aspectos internos, el bienestar físico y emocional también mejora. Sus principios clave son:

• Conexión con una energía superior: muchas tradiciones consideran que existe una energía universal, divina o cósmica que puede canalizarse para promover la sanación. El sanador actúa como un canal o mediador para esta energía.
• Equilibrio energético: el cuerpo y la mente poseen campos energéticos (como el aura o los chakras) que pueden alterarse debido a traumas, emociones negativas o estrés. La sanación espiritual busca limpiar, equilibrar y armonizar estas energías.
• Autoconocimiento y transformación: más que una simple técnica, la sanación espiritual invita a la persona a un proceso de crecimiento interno, liberación de bloqueos emocionales y expansión de la conciencia.
• Respeto por la voluntad del paciente: la sanación espiritual no impone nada; es un proceso colaborativo donde el receptor debe estar abierto y dispuesto a recibir la energía y el cambio.