Ciudad de México.- Pumas quiso esperar al América, intentó ser paciente para hacer daño, pero pagó cara su tibieza. El Clásico capitalino se pintó de amarillo. Las Águilas aplastaron a los universitarios.

América aplastó, las Águilas fueron más que el Club Universidad de principio a fin, que no pudo, ni con las marrullerías de su técnico Efraín Juárez, quien se fue expulsado en la primera mitad. 

Los de Coapa vinieron de atrás para humillar (4-1) a un triste equipo auriazul, que simplemente no puede contra los candidatos al título.

Están fuera de su Liga.

Al minuto 34, Jorge Ruvalcaba aprovechó un resbalón de Sebastián Cáceres para abrir el marcador y festejar ante la afición americanista, que no podía creer el error de su equipo cuando era mejor. 

Los azulcrema dominaron, pero fue hasta el segundo tiempo cuando encontraron recompensa gracias al autogol de Álvaro Angulo (55’), que no pudo reaccionar ante un desvío de Keylor Navas a un violento disparo del galo Saint-Maximin, quien de alguna manera comenzó la fiesta de los azulcremas.

De no ser por el portero costarricense, la ventaja de las Águilas habría llegado con mucho tiempo de anticipación. Navas tuvo una magistral noche, pero pudo más un inspirado Alejandro Zendejas. Al minuto 59, José Zúñiga dio la vuelta al marcador con un cabezazo. El ánimo de Pumas murió ahí. 

Alejandro Zendejas con un gol de ensueño amplió la ventaja a los 72’. Los felinos quisieron ajustar, se fueron al frente, pero antes cayó el cuarto gol americanista. Zendejas, desde los 11 pasos, hizo válida una falta que le cometieron a él. 

Duerme Toluca como líder

A medio gas y con 10 hombres en la segunda mitad, Toluca venció 3-1 a Mazatlán la noche del sábado en el Estadio Nemesio Diez.

El actual campeón mexicano, que presentó 5 cambios respecto a el equipo titular que goleó a Monterrey, dándole descanso a hombre como Federico Pereira, Franco Romero, Gallardo, Marcel Ruiz y Paulinho, dominó el encuentro de principio a fin.

Pese a que en los primeros minutos los Cañoneros intentaron esquivar el peligro que genera la ofensiva choricera, no pudo resistir tanto.