En México, los sorteos —ya sean con venta de boletos, sin boletos, automáticos o instantáneos— requieren autorización de la Secretaría de Gobernación
Saltillo, Coah.-Luego de que Irving, originario de Castaños, Coahuila, resultó ganador de un sorteo millonario el pasado 15 de septiembre de 2025, que incluye un vehículo de 13 millones de pesos, surge el debate sobre la legalidad de estos sorteos que ofrecen autos de lujo como gancho. La pregunta que surge es clara: ¿cuentan con permisos oficiales?, ¿son realmente confiables?, ¿cuál es el negocio detrás de estas dinámicas?
En México, los sorteos —ya sean con venta de boletos, sin boletos, automáticos o instantáneos— requieren autorización de la Secretaría de Gobernación (Segob).
La dependencia contempla diversas modalidades: sorteos con venta de boletos, sin venta, instantáneos, o sistemas de comercialización como los autofinanciamientos.
Para obtener un permiso, se deben presentar documentos como el acta constitutiva (en caso de persona moral), acreditación del representante legal, avalúo del premio, reglas claras de participación, medios de difusión, zona geográfica, calendario y fianza. También se exigen muestras de boletos, comprobantes de pago e interventoría.
La ley es estricta: realizar sorteos sin autorización puede acarrear sanciones económicas e incluso penas de prisión de hasta tres años.
En el caso del Lamborghini de Castaños, se reporta que el sorteo fue organizado por Sorteos El Chato, y se basó en la Lotería Nacional, lo que otorga cierta transparencia en los resultados. Sin embargo, en la página de juegos y sorteos de la Segob no se encuentra registro de la existencia de un permiso vigente para este sorteo en particular. Aunque el uso de la Lotería Nacional como referencia aporta credibilidad, la autorización legal y el cumplimiento regulatorio deben estar respaldados por documentos oficiales.
El modelo de negocio detrás de estas rifas es relativamente sencillo: los organizadores venden boletos y el dinero recaudado debe cubrir el valor del premio, los costos de producción, logística, publicidad, permisos e impuestos, además de dejar una ganancia. De ahí que sea una buena cantidad de números puestos a disposición a un bajo costo.