Dos riñones provenientes de Tabasco fueron trasplantados a los menores Nayle, de 15 años, y Manuel, de 13
Torreón Coah.- Dos adolescentes de 15 y 13 años, originarios de Torreón y Durango, respectivamente, salvaron su vida y podrán realizar sus actividades con normalidad al haberse convertido en receptores de riñón de un donador de Tabasco, y fueron trasplantados en la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE) Hospital de Especialidades No. 71 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Torreón.
Este logro fue resultado de una amplia coordinación institucional, de personal altamente capacitado, de la decisión altruista de una familia donadora y de la gran cantidad de recursos que aplica el Seguro Social para salvar la vida de las personas.
Los médicos de Torreón se trasladaron en ambulancia aérea a Tabasco, donde procuraron los dos riñones y, ese mismo día, regresaron para el desarrollo de las cirugías, las cuales comenzaron durante la madrugada.
El cirujano trasplantólogo de la UMAE No. 71, René Soto Quirino, explicó que la logística para el traslado de los órganos fue posible gracias a la Coordinación de Oncología, Donación y Trasplantes del IMSS, “un mecanismo único en el sistema de salud, ya que ellos se encargan de gestionar los traslados en avión o vía terrestre, así como la comunicación con los hospitales donde se encuentra el órgano”.
Señaló que los riñones fueron debidamente resguardados y protegidos con técnicas especializadas para su traslado y garantizar que llegaran en óptimas condiciones al quirófano.
Detalló que, al tratarse de intervenciones pediátricas, el grado de dificultad fue mayor porque la cirugía requirió una precisión extraordinaria debido al pequeño diámetro de los vasos y estructuras: “Sí dificulta un poquito la cirugía, pero afortunadamente contamos con personal capacitado para disminuir los riesgos”. Destacó que un trasplante renal pediátrico puede durar entre dos y dos horas y media, dependiendo de la anatomía y complejidad del caso.
Para Nayle, este trasplante representa una segunda oportunidad, luego de haber perdido su primer injerto en 2023 debido a su padecimiento por glomerulonefritis crónica, inflamación que afecta a las unidades de filtración de los riñones.
Su madre, Maribel, recordó que antes de la cirugía su hija vivía con limitaciones constantes: “Tenía dolores en sus piernas, no podía asistir a clases, ni correr, ni siquiera meterse a una alberca” y expresó la esperanza de que su hija pueda retomar actividades propias de su edad: “Quiero verla sonreír, ver que pueda correr libremente, meterse a una alberca y dormir boca abajo, que es como le gusta”.
Por su parte, Manuel, originario de Durango y diagnosticado con síndrome nefrótico, también enfrentaba importantes restricciones debido a su enfermedad. Su madre, Nancy, compartió que su hijo “no podía acudir a clases porque se cansaba, le dolía la espalda y casi siempre estaba acostado”. Tras la cirugía, manifestó su agradecimiento a la familia donadora: “Les agradezco porque le han dado a mi hijo una segunda oportunidad de vida”.
El médico adscrito a la Unidad de Trasplantes, Juan Pablo Esparza Olvera, informó que la evolución de ambos pacientes es favorable y subrayó la importancia de fomentar la cultura de donación: “La enfermedad renal crónica es un problema grande y creciente; entre más personas conscientes, más donaciones y más vidas podremos salvar”.
Asimismo, el doctor Iván Lecona, pediatra nefrólogo, indicó que los días posteriores a la cirugía serían decisivos para vigilar la función renal: “Monitoreamos signos vitales, volúmenes urinarios y estudios de laboratorio para confirmar el adecuado funcionamiento de los riñones”. Reconoció que estos procedimientos son el resultado del esfuerzo conjunto de numerosos especialistas comprometidos con la recuperación de los menores.
La jefa de la División de Cirugía de la UMAE, Janeth Adriana Román, informó que los dos riñones fueron donados gracias a la generosidad de una familia de Tabasco, que tras perder a su ser querido por un traumatismo craneoencefálico en un accidente vial, decidieron donar los órganos para mejorar la vida de quienes pudieran favorecerse de ellos.
Tanto las madres como los especialistas coincidieron en un mensaje fundamental: la importancia de la donación de órganos. Maribel, mamá de Nayle, lo expresó de manera contundente: “Donar un órgano es salvar la vida de otra persona; es darle una segunda oportunidad”.
El IMSS refrenda su compromiso con la salud de la niñez mexicana y fortalece los programas de donación y trasplante que permiten que más pacientes recuperen su calidad de vida.