Los resultados del registro de nacimientos de la Secretaría de Salud de México han puesto a Acuña, Coahuila, en el centro del debate nacional.
Los resultados del registro de nacimientos de la Secretaría de Salud de México han puesto a Acuña, Coahuila, en el centro del debate nacional.
De acuerdo con los datos presentados en el rubro “Los 30 nacimientos registrados en México durante 2024 con la mayor diferencia de edad entre los padres”, en este municipio fronterizo se documentó el nacimiento de un bebé cuya madre tiene 22 años y el padre 97, marcando una diferencia de edad de 75 años, la más alta registrada en todo el país.
La información fue difundida por la cuenta @lapanquecita, especializada en análisis de datos sociales, y rápidamente generó reacciones encontradas en redes sociales. Mientras algunos lo calificaron como un hecho "extraño pero legal", otros cuestionaron profundamente el trasfondo ético y social de este tipo de uniones, sobre todo cuando involucran mujeres jóvenes y hombres de edad muy avanzada.
"¿No se supone que la policía debería responder ante estos casos, haya o no haya una denuncia? Solo con ver a una niña de 10 años estando embarazada es una clara prueba de abuso, ¿dónde demonios están las autoridades?!!",
"QUÉ ASCO DAN ESOS 'HOMBRES' ABUSADORES, MANIPULADORES Y VIOLADORES".
“Es repugnante: en Estado de México, una niña de 10 años con un tipo de 32... Acuña: un hombre de 97 años con una mujer de 22, sin palabras”, fueron algunos de los comentarios que inundaron plataformas como X y Facebook. Para muchos, este caso revela vacíos legales y una normalización preocupante de relaciones marcadas por poder y control.
Este caso no es un hecho aislado. Coahuila enfrenta desde hace años un problema estructural en torno a la maternidad infantil y adolescente. De acuerdo con el INEGI:
En 2022, se registraron 210 nacimientos de niñas entre 12 y 14 años en el estado.
16 de cada 100 nacimientos son de madres adolescentes.
En el trienio 2020–2022, más de 9 mil nacimientos ocurrieron en menores de 15 años.
La entidad ha estado entre los tres primeros lugares nacionales por fecundidad adolescente durante más de una década.
Diversas organizaciones han advertido que muchos de estos embarazos podrían estar ligados a violencia sexual, desigualdad de género o falta de acceso a educación sexual integral, especialmente en comunidades marginadas o rurales.
A raíz de la polémica, activistas y usuarios han exigido que el caso en Acuña no se trate solo como un dato curioso, sino como un posible reflejo de fallas institucionales.
También han solicitado que se refuercen los mecanismos de prevención, detección e intervención ante relaciones desiguales o potencialmente abusivas.
“Ojalá fortalecieran las leyes para castigar a los responsables del abuso de menores y venta de niñas. También hay poblaciones donde los médicos y enfermeras no permiten interrupciones de embarazo, donde jueces 'casan' a estas 'parejas' y también debe haber sanciones legales para ellos, ya que son parte del problema; estas no son costumbres, ni cultura, son delitos”, apuntó una de las usuarias de la red social Facebook.