Se contrapuntean líderes, Luisa María Alcalde y Diego del Bosque, tras evidencias de corrupción y narcovínculos
Saltillo, Coah.- La reciente visita de Luisa María Alcalde, presidenta nacional de Morena, a la ciudad de Torreón, dejó más dudas que certezas sobre el futuro de la coalición entre Morena y el Partido del Trabajo (PT), rumbo a las elecciones locales. En medio de crecientes escándalos y denuncias, el caso de Ricardo Mejía Berdeja, actual coordinador del PT en Coahuila, se ha convertido en una piedra en el zapato para la dirigencia nacional de Morena, que cada vez marca más distancia con su controvertido aliado.
Durante la conferencia de prensa ofrecida en Torreón, Alcalde fue enfática: “En Morena no se toleran actos de corrupción ni vínculos con el crimen organizado. Si hay irregularidades, deben denunciarse en los órganos internos del partido para su investigación.”
Aunque se le preguntó directamente por Mejía Berdeja, la dirigente evitó mencionar siquiera su nombre, limitándose a decir que “las alianzas locales no dependen de personajes, sino de criterios colectivos y éticos.” Una omisión que no pasó desapercibida y que muchos leyeron como un deslinde silencioso y calculado.
En el mismo encuentro con medios, la Presidenta de Morena también dejó entrever que la ruptura con el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) en Coahuila es un hecho, al declarar que “el Verde ya ha comentado que irá solo, que va en su propia ruta, como lo ha señalado su dirigencia nacional.
” Cabe recordar que hace cerca de un mes estuvo en Coahuila el dirigente nacional del Verde, Arturo Escobar, quien en una reunión similar declaró que “el Verde tiene la fuerza suficiente para competir sin depender de nadie”.
En ese momento, Escobar destacó que contaban con un alcalde, un diputado local, representación en el Congreso del Estado y también en el Congreso federal, razones por las cuales —dijo— “vamos a jugar solos.” Esta declaración, ahora reforzada por lo dicho por Alcalde, confirma que el Verde ira solo en el 2026 en Coahuila.
El expediente político y mediático de Ricardo Mejía se ha vuelto insostenible.
El caso de Bermúdez, en particular, ha causado enorme indignación: se le señala como el principal facilitador del crecimiento del narcotráfico en Tabasco durante el sexenio pasado. Hoy está vinculado a proceso por delincuencia organizada, y su militancia en Morena ha sido documentada. La pregunta que flota en el ambiente es: ¿quién lo protegió desde el Gobierno Federal? Y ¿hasta qué punto personajes como Mejía sabían y callaron?
Todo este contexto ha provocado que al interior de Morena se cuestionen las condiciones para mantener la alianza con el PT en Coahuila, especialmente mientras Mejía continúe al frente.
El expediente de Ricardo Mejía
La semana pasada fue denunciado por el Comité Directivo Estatal del PAN ante la Fiscalía General de la República, por presuntos vínculos con grupos del crimen organizado.
La denuncia incluye referencias a su relación con Enrique “Teté” Galeana, operador criminal en Guerrero; con Salvador Llamas, exfuncionario de Jalisco asesinado en un conflicto vinculado al crimen organizado, y con Héctor Bermúdez, exsecretario de Seguridad de Tabasco, recientemente exhibido como presunto jefe de una red delictiva mientras trabajaba bajo el cobijo de Adán Augusto López.
‘Traicionó Mejía a AMLO y a Sheinbaum’
Varios actores de Morena en la entidad, han expresado en privado su rechazo a compartir boleta con él, temiendo que la sombra del narco y la corrupción termine por afectar a toda la coalición.
Luis Fernando Salazar y el diputado Alberto Hurtado lo han dicho con todas sus letras: Ricardo Mejía es un traidor. Traicionó a Andrés Manuel López Obrador, traicionó a Claudia Sheinbaum y traicionó al movimiento. “Es un mercenario de la política”, dijeron. Un personaje que va de cargo en cargo, de bandera en bandera, según le convenga, sin principios ni lealtades.
A medida que se acercan definiciones estratégicas para las elecciones de 2026, el caso Mejía puede convertirse en un parteaguas. De mantenerse al frente del PT en el estado, la alianza corre el riesgo de desfondarse. Si es desplazado, será una señal de que Morena optó por salvar la narrativa ética que tanto promueve a nivel nacional.
Alianza pende de un hilo
Por ahora, la alianza Morena– PT en Coahuila está en vilo. Y mientras en público se repiten los llamados a la unidad, en privado crece la presión para que Ricardo Mejía Berdeja quede fuera. La decisión, más que táctica, será moral. Y la señal que envíe Morena marcará el tono de lo que viene para 2026… y para 2027.
Este día sábado, se contactó al dirigente estatal de Morena en Coahuila, Diego del Bosque, para conocer su postura ante el tema. Su declaración resultó claramente contradictoria respecto a lo expresado por la presidenta Luisa María Alcalde.
Del Bosque aseguró que él “hará todo lo posible por construir la alianza con el PT” y que “al final, las cuestiones nacionales son las que mandan”.
Aunque sin confrontarla abiertamente, su mensaje fue interpretado como una crítica implícita a la línea nacional, y como una señal de que ni siquiera dentro del partido hay un criterio unificado.
Mientras Alcalde toma distancia, Del Bosque insiste en sostener lo que ya muchos consideran insostenible.