Piden por el descanso de su alma

Frontera, Coah.- La feligresía de la Parroquia El Verbo Encarnado, dio el último adiós al sacerdote Rodrigo Hernández Cerda, quien murió a consecuencia de las lesiones que sufrió tras haber participado en un accidente automovilístico.

Sus restos llegaron a esta parroquia la noche del miércoles procedentes de la Parroquia de San Carlos Borromeo en el municipio de Candela, donde también el sacerdote prestó sus servicios y era muy querido.

Durante toda la madrugada los restos mortales de Hernández Cerda fueron velados en la parroquia de la calle Altamirano de la colonia Occidental, donde fieles y sacerdotes rindieron las honras fúnebres a quien fue el guía espiritual de su comunidad.

Fue la noche del lunes 14 de octubre, cuando el vehículo donde viajaba el padre Rodrigo fue impactado por otro auto en la carretera Federal 57, a la altura del ejido Baján, de ahí fue llevado al Hospital San José en donde ingresó con lesiones graves.

Aunque en un principio el diagnóstico médico fue alentador, fue la mañana del miércoles cuando se reportó su fallecimiento a raíz de las lesiones que sufrió que fueron fractura de cuatro costillas, contusión abdominal severa y traumatismo en el tórax, lesiones que el hombre de 60 años no pudo superar.

Ayer por la mañana, en la Parroquia El Verbo Encarnado se realizó la misa exequial, la cual fue encabezada por el sacerdote César Isidro Córdova, junto con sus compañeros párrocos de la Región Centro y donde se pidió por el eterno descanso del alma del padre Rodrigo.

“Siempre fue un buen hombre, un padre ejemplar, paciente, obediente y dispuesto a servir a Dios y a su comunidad”, dijo el sacerdote César Isidro Córdova, durante la misa donde recordó a su compañero.

Al finalizar la celebración religiosa, los restos del padre Rodrigo Hernández Cerda fueron trasladaos a Saltillo, su ciudad natal, donde será de nueva cuenta velado en la Parroquia Santa María Reina de Saltillo y posteriormente se le dará cristiana sepultura en un panteón de aquella localidad.