Los jóvenes deben ser influencers… pero como San Francisco: obispo Hilario González  

Saltillo, Coah.- El obispo Hilario González García llamó a los jóvenes a ser influencers, pero como lo fueron Jesucristo, la Virgen María y San Francisco de Asís, para ser ejemplo de vida, amor, humildad y sencillez; sin embargo, los jóvenes desean tener seguidores de su ego.

“Yo invitaría a eso a los jóvenes, si ellos quieren influenciar en este mundo, que lo hagan a la manera de Jesús, con las virtudes de su corazón sencillo, humilde, manso para servir a los demás. Todos quieren ser influencers, creo que hasta hay una carrera técnica para ser influencers, pues ojalá que lo seamos a la manera de Cristo”.

“El papa Francisco le ha pedido a los jóvenes eso, que sean influencers como la Virgen María que supo ser una persona que influyó en la comunidad para acercar a Jesús, que esa sea la mejor influencia que podamos ejercer nosotros los cristianos, jóvenes, adultos, todos, en la sociedad”.

Se refirió a San Francisco como el Jesucristo de la Edad Media, como un influencer, pues con su labor ayudó a restaurar a restaurar el edificio espiritual de la Iglesia, sin embargo, ahora los jóvenes necesitan alimentar su ego y sentirse superiores a los demás y esta generación está aprende esto último para gloriarse de un poder de influencia sobre los demás.

“Son cuatro de los pecados capitales: la avaricia, el egoísmo, la soberbia y la ira, son cosas que nos violentan, que nos desordenan, que nos hacen aparecer como muy importantes y superiores a los demás; gloriarnos de lo que sabemos, de lo que somos, de lo que tenemos y San Francisco, hoy nos invita a lo contrario, como él imitó a Jesús”.

La figura de este fraile, indicó, es muy actual, incluso, otras religiones lo consideran como un modelo para la paz, para el cuidado de la Creación y para ser buenas personas.

“Jesús nos invita a tener un corazón sencillo, ser humildes de corazón como El, a ser desprendidos y ser generosos en nuestra vida; a no ser violentos y agresivos, sino pacíficos y armónicos y que nuestra gloria, pues no es según los criterios de este mundo, de poder, de tener, sino que nuestra gloria es parecernos a Jesús”, concluyó.