¡Ángela: fina y certera! Escribe la saltillense su historia en bronce

Saltillo, Coah.-  Ángela Ruiz Rosales escribe su historia con letras de bronce.

Es de ojo fino, puntería acertada y es la primera saltillense en colgarse una medalla olímpica.

Ruiz Rosales regresó a casa luego de una larga travesía en París, la Ciudad de la Luz que vio brillar a la arquera con la presea de bronce por equipos femenil al lado de Ana Paula Vázquez, de Ramos Arizpe, y la sonorense Alejandra Valencia.

La atleta saltillense, la menor de toda la Delegación mexicana, cumplió con metas, objetivos, el sueño de todo deportista y la mayoría de edad con un regalo imborrable, único y que por más que alguien lo hubiera buscado no lo habría hecho en México hasta hace unas semanas: ganar una medalla olímpica.

Sí, la arquera el 28 de julio, el día que llegó a los 18 años de vida, al lado de Vázquez y Valencia se consagró con la primera presea de México en los Juegos Olímpicos de París 2024.

Hoy, 16 días después, aún no asimila lo que pasó, sabe que la medalla llegó por trabajo en equipo, por su esfuerzo, por el de sus compañeras y por ese deseo de darle a su país una alegría que pocos mexicanos le dieron en la justa que se realiza cada cuatro años.

“Se siente muy bien, es inexplicable por el trabajo que hice durante todos estos meses y años verlos finalmente reflejados en los Juegos Olímpicos y, sí, es una satisfacción muy grande”, comenta la arquera mexicana y medallista.

Camino al olimpo

En el camino para conseguir el boleto olímpico la coahuilense se lució en diferentes escenarios disfrutando de los triunfos cosechó en Juegos Centroamericanos, Juegos Panamericanos, campeonatos mundiales y copas del mundo.

La experiencia de representar a su país es única y así lo vivió la más pequeña de la selección mexicana y de tiro con arco, quien al concluir su participación aún no terminaba de procesar la magnitud del evento y dónde estaba parada.

“Todavía no término de procesar, porque fue mucho lo que pasó, fueron una serie de cosas que no me había dado el tiempo de procesarlas, desde que salgo de Ciudad de México al campamento a París, cuando llegó a la Villa, entonces ahorita estoy terminando de asimilar lo que fueron los últimos días de competencia”.

La competencia fue uno de los momentos más retadores para Ruiz Rosales, a pesar de que a muchas rivales las conocía de diferentes compromisos, las emociones de estar en JO lo cambian todo.

“Se sintió muy padre, vi a muchas personas que ya había visto y que habían competido en Tokio y sí fue como que, ‘estoy compitiendo con lo mejor del mundo en los Juegos Olímpicos’, la verdad estuvo muy padre”.

La comunicación dentro del equipo femenil fue fundamental, pues cada palabra de aliento era importante para una flecha con buena puntuación, que las llevó a la instancia de pelear una medalla.

“Los últimos enfrentamientos estuvieron llenos de emoción, por mi parte, en cierto momento, eso me ganó, como que me desconcentré, comencé a imaginar lo que podía pasar, pero al final regresé un poquito más a mí y comenzaron a salir las cosas”.

Tras derrotar a Países Bajos 57-52 en cuatro sets en un gran duelo por la medalla de bronce, el equipo femenil consiguió la histórica medalla, pues nunca un conjunto de la disciplina lo había logrado.

“Está muy padre ser parte de la historia, apenas voy iniciando mi carrera deportiva y ya estoy en los libros de historia del deporte en México”.

A profundidad

Después de logrado el objetivo comienzan las preguntas y el análisis como deportista sobre el potencial y lo que pudo hacer dentro de su intervención.

“Como atleta me faltó adaptarme un poco más a las condiciones de un individual en el campo, para poder dar los resultados que estaba esperando”.

Pero el camino portando el uniforme tricolor para Ángela aún no concluye, ya que se prepara para una Copa del Mundo, donde espera aumentar su medallero individual y por equipos, además de comenzar un nuevo proceso rumbo a los Juegos Olímpicos 2028.

“Primero me voy a preparar para una Final de copas que tengo en un par de meses y luego iniciar justamente para lo que es el siguiente año con la proyección de Los Ángeles, pero enfocarme mucho en cada competencia que tenga en el año, sin proyectarse de más”.

Los logros y las medallas no llegan solas, el arduo trabajo que realizan la atleta para conseguir una medalla olímpica es la recompensa también la gozan sus familiares y entrenadores, quienes estuvieron en cada uno de los momentos importantes.

“Esta medalla me la dedico a mí, a mi familia y a mis entrenadores, y gracias a todos por estar al pendiente de lo que estaba haciendo y finalmente el apoyo siempre estará de parte de ellos y eso se agradece muchísimo”.