Tormenta tropical Debby se convertirá en huracán categoría 1; ¿cómo afectará México?

Ciudad de México.- Tras la formación de la tormenta tropical Debby, el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) informó la madrugada de este domingo que sus desprendimientos nubosos y amplia circulación refuerzan la probabilidad de lluvias fuertes en la península de Yucatán, además de producir vientos fuertes y oleaje elevado en las costas de Quintana Roo y Yucatán.

A la medianoche de hoy, la tormenta se encontraba a 105 km al oeste-noroeste de Dry Tortugas, Florida, Estados Unidos, y a 480 km al noreste de Cancún, Quintana Roo.

Se desplazaba hacia el noroeste a 22 km/h, con vientos máximos sostenidos de 75 km/h y rachas de 95 km.

Su amplia circulación origina viento con rachas de 40 a 60 km/h y oleaje de 1 a 2 metros de altura en las costas de Yucatán y Quintana Roo.

Se prevén chubascos con lluvias puntuales fuertes (25 a 50 mm) en la península de Yucatán

El SMN aconseja extremar precauciones a la población en general en las zonas de los estados mencionados por lluvias, viento y oleaje (incluyendo la navegación marítima) y atender las recomendaciones emitidas por las autoridades del Sistema Nacional de Protección Civil, en cada entidad.

A última hora del sábado, el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (CNH) anunció la formación de la tormenta tropical Debby, y se espera que se convierta en huracán antes de golpear la costa noroccidental de Florida, en el Golfo de México, el lunes.

“Se espera que Debby se fortalezca rápidamente antes de tocar tierra en la región de Big Bend de Florida”, indicó el Centro Nacional de Huracanes (NHC) en su boletín de este domingo 4 de agosto.

Debby además provocó que se extendieran vigilancias de tormenta tropical y de marejada ciclónica hacia el norte, en la costa de Georgia y Carolina del Sur.

Tras días girando como un sistema amplio y errático en el Atlántico, se convirtió en una tormenta tropical, pasando frente a la costa norte de Cuba el sábado por la noche, a unos 160 kilómetros al oeste-suroeste de Cayo Hueso, Florida, dijeron los meteorólogos.

“Cada vez está más claro que Debby se convertirá en un huracán antes de tocar tierra”, dijo Jamie Rhome, subdirector del CNH, instando a la gente a atender las órdenes de evacuación.

“Se trata de una situación que pone en peligro la vida”, dijo el CNH en un informe a última hora del sábado.

Debby ya estaba provocando chubascos, vientos de 65 km/h y mareas altas en Cayo Hueso el sábado por la noche.

“Hay una serie de peligros, no sólo el viento”, dijo Rhome, que advirtió de mareas ciclónicas de hasta dos metros en la zona de Florida en la que golpeará.

Añadió que podrían esperarse fuertes lluvias de 25 cm, con picos de 40 cm si la tormenta se ralentiza o se estanca sobre tierra.

Se espera que Debby atraviese el centro de Florida hacia la costa atlántica y apunte hasta Savannah, Georgia, y luego hacia Charleston, Carolina del Sur.

Se pronostican fuertes marejadas en Bonita Beach hacia el norte hasta Tampa Bay. Esta situación podría enviar poderosas olas marinas más tierra adentro de lo normal, dañando estructuras y amenazando a cualquiera en su camino.

El gobernador Ron DeSantis puso a la mayoría de las ciudades y condados del estado bajo órdenes de emergencia antes de la esperada llegada de la tormenta.

Debby es la cuarta tormenta tropical formada en la cuenca atlántica en lo que va de temporada, que comenzó el pasado 1 de junio.

Hasta ahora se habían formado Alberto, Beryl y Chris, de las cuales la segunda llegó a convertirse en huracán de categoría 5, la máxima en la escala de intensidad Saffir-Simpson.

Según la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, en inglés) de Estados Unidos, el Atlántico tendrá una temporada de huracanes muy por encima del promedio, con la posibilidad de hasta trece huracanes, de los cuales hasta siete pueden ser de categoría mayor.

El pronóstico refleja que este año se podrán formar un total de entre 17 y 25 tormentas, es decir, con vientos máximos sostenidos por encima de los 62 kilómetros por hora.